La Dieta Flexitariana es un plan de alimentación flexible que si bien no tiene reglas estrictas ni un menú único, se trata de priorizar el consumo de vegetales, frutas, cereales integrales, legumbres y frutos secos, mientras que las carnes se consumen de forma ocasional y en pequeñas cantidades.
Este estilo de alimentación es una opción saludable para personas de todas las edades, sexo y niveles de actividad física y especialmente recomendable para:
Personas que quieren perder peso de forma gradual y sostenible.
Personas que buscan mejorar su salud y prevenir enfermedades.
Personas que deseen tener una alimentación balanceada y sin restricciones absurdas.
¿Qué se puedes comer?
Verduras y frutas: todas las variedades.
Cereales integrales: arroz integral, quinoa, avena. Incluso puedes comer harinas integrales pero yo no las recomiendo.
Legumbres: lentejas, garbanzos, frijoles, habas.
Frutos secos y semillas: almendras, nueces, semillas de lino, semillas de chía.
Proteínas vegetales: tofu, tempeh, seitán, hummus.
Carnes blancas: pollo, pescado, pavo (en pequeñas cantidades y de forma ocasional).
Lácteos: leche, yogur, queso (en cantidades moderadas).
Huevos: (en cantidades moderadas).
¿Qué debes evitar?
Alimentos ultraprocesados: precocinados, procesados, hechos a base de harinas, con alto contenido de azúcares o sustitutos, grasas saturadas, sal, etc.
Embutidos: chorizo, jamón, tocino, mortadela, etc.
Carnes procesadas: nuggets de pollo, hamburguesas, salchichas, etc.
Carne roja, de cerdo, de cordero, etc. (todas las que no están permitidas)
En la Dieta Flexitariana no existe una estructura de alimentación específica, por lo tanto, tienes total libertad en programar cuántas veces al día comerás. Sin embargo, es importante que hagas 2 o 3 comidas grandes al día y limites los snacks lo más posible.
¿Cuáles son los beneficios de la Dieta Flexitariana?
La lista de beneficios de la alimentación flexitariana, como la de todos los estilos de alimentación saludable y balanceada, son tantos que sería imposible mencionarlos sin olvidarnos alguno.
Pero este tipo de alimentación es específicamente saludable para quienes deseen:
Mejorar la salud cardiovascular.
Reducir el riesgo de enfermedades crónicas como diabetes, Alzheimer, demencia senil, cáncer, párkinson, etc.
Promueve la pérdida de peso gradual y sostenible, porque se convierte en un estilo de vida y no en otra dieta milagrosa.
Aumenta el consumo de nutrientes y fitoquímicos, especialmente necesarios para mejora nuestro sistema inmunológico.
Aumenta la sensación de bienestar general.
Mejora la calidad del pelo, uñas y piel.
Ayuda en la desintoxicación natural del organismo.
¿Cómo es un menú típico?
Para que tengas una idea más clara de cómo yo te recomendaría seguir una Dieta Flexitariana, a continuación te dejo un ejemplo de 3 días.
Día 1:
Desayuno: avena con leche vegetal, frutos secos y frutas.
Almuerzo: ensalada de garbanzos con verduras y tofu.
Cena: pescado al horno con patatas asadas y ensalada.
Día 2:
Desayuno: yogur con granola y frutas.
Almuerzo: pasta integral con salsa de tomate y verduras.
Cena: tortilla de patatas con ensalada verde.
Día 3:
Desayuno: tostadas de pan integral con aguacate y huevo duro.
Almuerzo: lentejas estofadas con verduras.
Cena: arroz integral con pollo al curry y verduras.
***Si deseas incorporar un snack, la fruta es tu mejor opción.
¿Qué debes tener en cuenta antes de comenzar?
La Dieta Flexitariana es un estilo de vida flexible y adaptable. No te sientas presionado si comes carne ocasionalmente o un poco más de lo planeado. Lo importante es encontrar un equilibrio que te permita sentirte bien y alcanzar tus objetivos de salud a largo plazo.
Si bien este estilo de alimentación es extremamente saludable, siempre es bueno consultar con tu médico de cabecera si esta dieta es adecuada para tu condición de salud particular.
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